Un trotamundos de largo camino por el ascenso argentino. Un habilidoso que trata de jugar y hacer jugar a los suyos. Sobre el final de su carrera, Matías Guerra sueña con salir campeón de todo con Unión y, por qué no, arrancar con la Copa de Campeones.
«Estamos bien, tenemos un plantel numeroso, donde todos entienden el mensaje de dónde estamos, lo que buscamos, lo que queremos y, sobre todo, lo que significa el club en esta copa. Jugamos con mucha responsabilidad porque sabemos la repercusión que podemos tener al tropezar. Tomamos a todos los rivales con la misma seriedad, tenemos que vencer al que se presente», dijo en diálogo con La Excusa Deportiva.
«Es un grupo humano excelente, los más grandes tratamos de hacer que todos se diviertan, disfruten y sobre todo que aprovechen. Somos 27 y cualquiera puede jugar porque están todos bien, lo decide el DT», añadió el diez del Azul de Villa Krause quie avanza a pie firme en el torneo.
Con 35 años sobre sus espaldas, Matías Guerra comenzó a jugar en Del Bono siendo muy chico y no se detuvo.Pasó por Desamparados y Unión. Luego partió a Mendoza donde jugó en San Martín, Independiente Rivadavia, Gimnasia, Huracán, Guaymallén, Argentino, Rodeo del Medio y Maipú. Después continuó su travesía en San José de Bolivia, Central Norte de Salta, Beltrán de Santa Fe, Brown de Madryn y Racing de Córdoba.
«A esta edad soy un jugador más técnico, pensante. Por ahí no tengo la misma dinámica que antes, pero trato de manejar los tiempos. Mi referente es Riquelme porque nunca fue rápido, pero mentalmente era veloz», indicó.
A la hora de hacer un repaso por su carrera y elegir los momentos que más disfrutó, Matías no duda: «los ascensos que conseguí con Racing de Córdoba, Huracán, Unión y Rodeo del Medio. También el torneo local que ganamos con el Bodeguero, equipo del que soy hincha». Sin embargo, también atravesó momentos no tan gratos. «Me quedó una espina en San Martín de Mendoza, que fue un club al que quise ir y lamentablemente no me fue bien», añadió.
Para el volante, por el momento no está en sus planes colgar los botines. «Ahora trato de disfrutar del fútbol lo que más pueda. Creo que cuando perdés eso, ya está. Siempre soñé con jugar en Primera División con algún equipo, pero llegué hasta el Nacional B, pero creo que disfruté y sigo disfrutando. Estoy agradecido con el fútbol porque me dio todo lo que tengo. No me puedo quejar, pero me gustaría ganar todo de aquí hasta que termine mi carrera y ojalá sea con Unión», concluyó.